11.9.06

Cuando caí de mi caballo...

La historia de San Pablo es, sin duda impresionante. Siendo un perseguidor de los cristianos cuando va camino a Damasco cae del caballo repentinamente y Jesús se le presenta, le fascina y le invita a seguirlo no a per-seguirlo. Desde entonces San Pablo se convertirá en discipulo de Jesús, testigo de Dios y se hará cristiano. De ahí en adelante San Pablo será un ícono y ejemplo de fe, perseverancia y testimonio vivo de la obra de Dios en nuestra Iglesia.

Mi historia no es muy parecida, pero creo que de algún modo los que nos habiamos alejado en algun minuto experimentamos el "caernos de nuestro caballo" que puede significar dejar de centrarnos en nosotros mismos, o redescubrir al Señor de la Vida. Pasé por muchos grupos de oración, sectas , ideologías distintas, religiones, movimientos que al fin de cuenta no llenaban mi vacio del todo. Siempre encontraba algo de superficialidad y me retiraba a otros grupos, etc.

Un buen día un sacerdote me invitó a participar en una iglesia muy cerca de mi casa. A mi me parecia una locura lo que ocurria, pues el sacerdote llegó a mi propia casa a invitarme sin siquiera conocerme ni yo a él (yo no iba nunca a la Eucaristía ni participaba en nada). Mi madre me dijo algo muy lindo - "Dios te está invitando!" - frase que a mi me parecia ingenua y hasta un poco ridicula. Sin embargo admiré su fe tan grande (fe que yo no era capaz de experimentar en ese momento).

Después de un tiempo comencé a hacerme parte de la capilla, aportaba con mis ideas, etc. Me involucré tanto que mi vida se centró en las actividades de la Iglesia (del trabajo a la Iglesia, de la universidad a la Iglesia, etc). Finalmente descubrí que me había fascinado con Jesús, que la Iglesia Católica era mi casa y que quería servir a mis hermanos y hermanas. Ingresé al seminario del Verbo Divino y debo decir que soy muy feliz. Creo que caerse del caballo a veces duele un poco, sobre todo si llevamos mucho tiempo montados sobre él, pero es necesario para descubrir al que nos amó antes que nadie, a aquel que nos conocía desde el vientre de nuestra madre.

- Creo que aún me falta carme de varios caballos más -

He estado pensando mucho en mi historia de fe, que sin lugar a dudas tiene muchos más detalles, pero es lo que quería compartir de modo sintético.

Que el Señor les bendiga a cada un@ de ustedes y les siga fortaleciendo en su fe. Les pido oración por mi vocación, para que pueda ser siempre un servidor fiel, humilde y alegre.

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