11.12.07

Transición
reflexión

Reconocemos la transición como el paso de un estado a otro totalmente nuevo. Tenemos presente que no es el estado anterior ni tampoco el estado a futuro, sino que es “el paso”, lo que está entre el pasado y el futuro.
El estado de transición podría ser un tiempo de espera, de búsqueda, de reordenamiento, de adviento… o como me decía ayer un sacerdote amigo; un estado de coma. A veces los médicos utilizan el estado de coma para que los órganos del paciente se restablezcan, se vuelvan a ordenar y puedan funcionar mejor.
Es así que cuando nuestra vida se haya en estado de transición, muchos ríos interiores se están moviendo, muchos sentimientos se están re-orientando, muchos objetivos que se habían “dormido” por la rutina y la desconfianza empiezan a despertarse muy lentamente.

Transición…

A veces podríamos desesperarnos ante esta palabra… ¿A quién le gustaría vivir la incertidumbre de la transición? Pues es aquella puerta que al abrirla se nos presentan todas las posibilidades “posibles” y ante ellas tenemos que optar.
¿Cuántas veces no preferimos seguir viviendo como estamos solamente por mantener el “orden” al cual estamos acostumbrados, por tenerle miedo a la incertidumbre que nos produce lo nuevo?
¿Cuántas veces preferimos seguir sobre-viviendo, aguantando, tratando de salvaguardar la imagen y las apariencias?
Cuando hacemos eso pienso que estamos vendiendo nuestra felicidad, nuestra vida, y a un precio muy barato. La vida es para gastarla, pero del mejor modo posible, de un modo que nos haga felices… si no es así… entonces es bueno dar espacio a la transición.
Por mucho temor, dolor y expectación que puede generar en nosotros este “paso”, es muy importante para sanar heridas, para atenuar dolores, para ir esbozando nuestra esperanza…
Lo importante de todo es que la transición pasa, el estado de coma pasa, el tiempo de reordenar pasa… y así… después de todo comenzamos a escribir una nueva historia, acogiendo lo bueno de nuestro pasado, lo disfrutado, despiertos, respirando nuestros objetivos primeros, aquellos que ni el pasado ni la transición mató.
En la transición lo esencial se mantiene… a lo mejor no está vivo, pero tampoco está muerto.
En la transición lo esencial de nuestra vida, nuestros sueños y proyectos, nuestra vocación más profunda sólo está dormida.
Un filósofo (Bergson) escribió que la vida es impulso vital, es creación. Nietszche sostiene que la vida es diversidad, es creación desbordarte, es vida Viva.Si nuestra vida no está funcionando así… creo que tendríamos que comenzar a cuestionarnos y pensar en la necesidad de una “transición” en nuestras vidas.

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